jueves, 28 de enero de 2010


Creo que no te quedó claro. No quiero un final feliz contigo. Es más, no quiero ni un final. No quiero unos hijos idiotas y unos nietos lloricas, ni pasar cuarenta años separados y volver a vernos un día por las calles de una gran ciudad para pasar nuestras últimas décadas juntos, ¿me entiendes?
No quiero una de esas escenas tan bonitas de película que no engañan a nadie, de esas que no discuten y que se encantan el uno al otro. Pásate los putos cuarenta próximos años chillándome y de morros a cada rato. Grítame, dime que me odias, y luego ven y pídeme perdón, pero yo no necesito reflexionar la mitad de mi vida para saber qué es lo que quiero, y se que tú tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario